miércoles, 2 de septiembre de 2009

Que no se diga

Cuentan quienes conocen la ciudad que entre canallas y leprosos no hay amistad ni respeto que valga. Allí, en la ciudad de la bandera, los futboleros aseguran que el clásico rosarino es el más caliente del país, y por ello, los cuatro argentinos vinculados con el pasado y el presente de Newell's que disputarán el encuentro ante Brasil no serían bien recibidos por los simpatizantes de Central en el Gigante de Arroyito.

El 22 de noviembre se jugará el próximo clásico de Rosario, pero el cruce entre dos de las instituciones más grandes de Santa Fe escribirá el próximo sábado su primer capítulo: Gabriel Heinze, Rolando Schiavi, Maximiliano Rodríguez y Lionel Messi serían desde el arranque en el partido ante los de Dunga y un grupo de centralistas ya organizan una "bienvenida especial".

En el portal "www.derosarioydecentral.com", un hincha publicó: "No seamos giles. Hinchemos por los que valen la pena. A los de Ñuls que los alienten ellos". Y a partir de allí, un sin fin de voces se hicieron oír.

"Acá -por Rosario- somos todos de Central. Quizás, si el resultado es positivo, los pibes pasan inadvertidos. Pero si a los diez minutos no vamos ganando, los primeros que van a ser insultados van a ser los jugadores de Newell's", tiró uno de los pocos hinchas que fueron a sacar su ticket completamente vestido con los colores del Canalla.

Sin embargo, fueron los futbolistas rosarinos quienes se mostraron conformes con la decisión de mudar la localía argentina desde Núñez hasta el Gigante de Arroyito. Según Maxi Rodríguez, "la gente de Rosario es muy fanática de su club y seguramente van a silbar a los jugadores de Newell's. No debería pasar porque el sábado vamos a ser todos hinchas de la Selección, pero no sorprendería a nadie que se escuchen insultos".

Los antecedentes más recientes encuentran lugar en el estadio de River Plate, cuando desde la tribuna "Almirante Brown" -donde habitualmente se ubica la hinchada millonaria-, cayeron insultos para Juan Román Riquelme cuando el 10 de Boca tocaba la pelota.

Así la situación, la organización del match entre argentinos y brasileros decidió prohibir la entrada a los hinchas que "intenten ingresar con camisetas de clubes, o banderas con leyendas hirientes para cualquier jugador".

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