Por Marina Maiorano
El partido entre la selección argentina y la brasileña despertó la furia en el público local no sólo por la derrota sino porque hubo hinchas quienes no pudieron ingresar al estadio de Rosario Central a pesar de tener su entrada.
A los damnificados se les informó que no podían ingresar por falta de lugar pero nunca les mencionaron que esto se debía a que las populares estaban colmadas por barras bravas rosarinos quienes no poseían entradas y por personas que habían adquirido localidades falsas.
No sólo se les negó su derecho a observar el encuentro sino que cuando empezaron a reclamar por su derecho “la policía apareció con escudos y garrotes, comenzó a empujar e incluso algunos estuvieron a punto de soltar los perros”, según la experiencia vivida por el candidato a concejal Héctor Cavallero, quien se encontraba en compañía del entrenador Edgardo Bauza.
Debido a estos sucesos el fiscal rosarino, Esteban Franichevich, inició una investigación para presentar a la Justicia, luego de observar imágenes en un canal local en donde se observaba al barrabrava Andrés “Pillín” Bracamonte hablar con la Policía en el ingreso del estadio y quien poco después apareció en una de las cabeceras.
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