Por Agustín Mejías
Ecuador ya no es sólo altura. Merece respeto y consideración futbolística. Sus progresos son evidentes desde comienzo de este siglo. Por primera vez en su historia jugó dos mundiales consecutivos, logrando quedarse con un segundo puesto en las Eliminatorias de Corea- Japón 2002 con 31 puntos, sólo superado por Argentina, con 43. Y en el de Alemania superó la fase de grupos quedando eliminado en octavos de final por 1 a 0 frente a la siempre respetada selección inglesa.
Los jugadores ecuatorianos ya no son de consumo interno. Crecen y completan su formación en el exterior. Tienen a Luis Antonio Valencia, un volante con gran manejo y dotes de conductor; se afianzó en Wigan (Inglaterra) y es pretendido por clubes más poderosos.
Los laterales, Reasco y Ayoví, se proyectan y son una constante vía de ataque. Hurtado y Espinoza se consolidaron como dupla central. En el medio, Edison Méndez y Cristian Noboa mueven muy bien la pelota y son agresivos. Los delanteros, Caicedo (Manchester City) y Carlos Tenorio son dos tanques de área.
Ecuador, con 20 puntos, faltando cuatro fechas para la finalización de las Eliminatorias, se encuentra en zona de repechaje y a sólo dos de clasificar directo a su tercer mundial consecutivo, una selección que va en busca de afianzar su buen presente.
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