Por Federico Locaso
Tras la designación de Uruguay como la sede del primer mundial de fútbol, Jules Rimet, presidente de la FIFA, decidió entregarle una obra de arte al vencedor. La copa recibió el nombre de su creador, y el artista seleccionado para su realización fue el escultor parisino Abel Lafleur.
Como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, el italiano Ottorino Barassi, vicepresidente de la FIFA, escondió el premio dentro de una caja de zapatos debajo de su cama, con el fin de resguardarla de las manos del imperio Nazi, que arrasaba con todo a su paso.
Con la finalización de este acontecimiento bélico se relanzaron los mundiales, como así también, el trofeo en cuestión. Es por eso que en México 1970, Brasil alcanzó su tercer título quedándose con la única Jules Rimet de la historia. Además, tras este campeonato la copa modificó su nombre a “Copa FIFA”, y cambió su diseño hasta el que se conoce actualmente.
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